CIUDAD DEL VATICANO – El papa Francisco pidió a los jóvenes reunidos en el santuario Mariano de Medjugorje que siguieran el ejemplo de María de aceptación total de la voluntad de Dios, llevando a Cristo al mundo y estando atentos a las necesidades de los demás. 

“Con su vida, nos muestra que nuestra alegría está fundada en la voluntad de Dios y que aceptarla y vivirla no es fácil, pero nos hará felices”, les escribió el papa a los participantes en el Festival Internacional de la Juventud en Medjugorje, Bosnia-Herzegovina.  

El mensaje del papa, emitido a los periodistas el 2 de agosto, se leyó en el festival el 1º de agosto. 

Aunque el festival se ha llevado a cabo más de 30 años, se convirtió en un festival oficialmente aprobado por la Iglesia en 2019, después de que el papa autorizó las peregrinaciones católicas al lugar de presuntas apariciones marianas.

El festival de 2020 estuvo limitado a visitantes de Suiza y de la Unión Europea a causa de la pandemia de COVID-19. El festival de este año, del 1 al 8 de agosto, estaba abierto a cualquier joven con certificado de vacunación o una prueba negativa reciente de COVID. 

El tema elegido para 2021 fue la pregunta que le hace el joven rico a Jesús en el Evangelio de Mateo: “¿Qué debo hacer?”   

El primer paso, dijo el papa, siempre es ponerse en marcha, que es precisamente lo que hicieron los jóvenes al ir a Medjugorje. 

“El Evangelio no nos dice el nombre del joven, y esto sugiere que puede representarnos a cada uno de nosotros”, les dijo el papa. Además de tener cierta riqueza, también parece bien educado y motivado por una “sana inquietud” que le empuja a buscar la verdad, la felicidad y la vida plena. 

Jesús le dice que, para alcanzar la vida eterna, debe obedecer todos los mandamientos, lo cual el joven le asegura a Jesús que ya lo hace. 

Entonces le pregunta qué más debe hacer, pero cuando Jesús le dice que venda sus posesiones y entregue el dinero a los pobres, se marcha entristecido. 

“Jesús cambia la perspectiva”, dijo el papa. “Le invita a no pensar tanto en asegurar la vida eterna, cuanto en darlo todo en su vida terrena, imitando así al Señor”.  

Tal paso, dijo, no es una condena del poseer cosas. “Es una llamada a más madurez, a pasar de observar preceptos para obtener premios, a amar gratuitamente. Jesús le pide que deje atrás todo lo que le pesa en su corazón e impide el amor”. 

Lo que Jesús propone no se trata tanto de ser pobre materialmente cuanto de ser “libre y rico en relaciones”, dijo el papa. Si la vida está llena de cosas, hay menos espacio para Dios y para las demás personas. 

“Nuestro tener demasiado y desear demasiado sofoca el corazón y nos hace infelices e incapaces de amar”, dijo el papa Francisco.