El personal de enlace ayuda a cada familia en su camino hacia convertirse en una sola parroquia


El personal de enlace es en parte coach, en parte consultor, tal vez incluso en parte animador.

El equipo de personal de enlace consiste en ocho personas que apoyan a las nuevas familias de parroquias de la Arquidiócesis de Seattle, formadas oficialmente el 1° de julio, a medida que comienzan el trabajo que las llevará a convertirse en una sola parroquia vibrante en los próximos tres años.

Contar con un personal de enlace que nos ayude a lo largo del proceso de Compañeros en el Evangelio es “invaluable”, manifestó el padre Bill Heric, actual párroco de una familia con cuatro parroquias: Asunción, Santa Brígida, Nuestra Señora del Lago y Santa Catalina de Siena, en el noreste de Seattle.

El personal de enlace asignado a su familia, Steve Donaldson, ha iniciado conversaciones con miembros clave del personal y líderes laicos en cada parroquia, explicó el padre Heric.

“Me comunico con él ya sea por teléfono, por correo electrónico o en persona probablemente todas las semanas”, relató el padre Heric. “En lo que a mí respecta, es indispensable en términos de unir al personal y las culturas de las cuatro parroquias. Simplemente no podría hacerlo solo”, agregó.

Con tantos cambios —la combinación de parroquias en familias, sacerdotes que inician nuevas asignaciones y el personal parroquial que debe estar atento a todas las tareas— la arquidiócesis decidió contratar al personal de enlace para ayudar con el proceso.

“Su papel es realmente servir como una mezcla de coach y consultor para el párroco, el personal y los cuerpos consultivos laicos” en las familias de parroquias bajo Compañeros en el Evangelio, la iniciativa de planificación estratégica de la arquidiócesis, manifestó Tom Martin, director de información y estrategia del equipo de Planificación y Efectividad de la Misión del arzobispado. 

Combinando dones y talentos

Compañeros en el Evangelio, que ha sido planeado durante dos años, “fue diseñado para reorganizar la estructura de nuestras parroquias a fin de que podamos hacer un uso más efectivo de nuestros bienes: los recursos humanos, la infraestructura, los recursos económicos y más, para cumplir mejor con nuestra misión católica”, expresó el arzobispo Paul D. Etienne en una carta del 1° de julio dirigida al pueblo de la arquidiócesis.

Las parroquias se han organizado en 60 familias, lo que ofrece “una gran oportunidad de combinar dones y talentos para evangelizar mejor y compartir la alegría del Evangelio con los demás”, declaró el arzobispo en un comunicado de prensa del 1° de julio.

“Imagínese misas dominicales con las bancas llenas, más personas que participan de los sacramentos, una creciente pastoral juvenil, y personas entusiasmadas con su fe católica. Eso es lo que estamos tratando de lograr con Compañeros en el Evangelio”, explicó el arzobispo Etienne.

Para ayudar a las parroquias a medida que trabajan hacia esa visión, la arquidiócesis buscó personal de enlace con cualidades de escucha activa y habilidades interpersonales con una base fuerte en la fe, expresó Martin. Entre el personal de enlace, muchos tienen experiencia trabajando en parroquias; algunos también han trabajado a nivel diocesano, agregó. Cada enlace es responsable de ayudar a varias familias parroquiales dentro de áreas geográficas específicas de la arquidiócesis.

“Estoy aquí para acompañar; a veces actúo como una especie de puente hacia los recursos”, relató Tom East, enlace para la región del Sur del Condado de King, que abarca 8 familias de parroquias con 16 localidades, incluyendo dos en el condado de Pierce. East, cuyo rol más reciente ha sido asistente pastoral para los ministerios de iniciación, duelo y matrimonio en la parroquia de San Carlos Borromeo en Tacoma, se basa en sus experiencias en varios ministerios de la Iglesia durante cuatro décadas.

Los enlaces ayudarán a las familias de parroquias a determinar cómo abordar la oración y el culto, la evangelización, la administración, el gobierno y más en su nueva configuración, teniendo en cuenta los dones y necesidades de todas las comunidades dentro de la familia.

De seguro será un trayecto complejo.

“Se necesita de oración, paciencia, recursos y algo de Duct tape en estos procesos”, expresó East.

Tom East (Rowland Studio)
Gina DePalma (Rowland Studio)
Frances Farrell (Rowland Studio)

Haciendo frente a las necesidades de cada familia

East y otros enlaces comenzaron a trabajar con las parroquias la primavera pasada. Gran parte de los primeros meses se enfocó en la logística, tareas como ayudar a las familias de parroquias a encontrar alojamiento para los sacerdotes o cualquier cambio necesario en los horarios de Misa. Las reuniones con los miembros del personal les dieron la oportunidad de aprender más sobre cada parroquia y comenzar a construir relaciones.

La coordinadora Gina DePalma ha encontrado que los miembros del personal de su familia de parroquias son “muy, muy receptivos a la idea de los enlaces”: los ven como “aliados” y como “amplificadores de voces”, una parte positiva del proceso de Compañeros en el Evangelio, manifestó.

DePalma, quien fue asistente pastoral para la formación en la fe en la Parroquia de la Iglesia de la Asunción en Bellingham durante 13 años, actualmente trabaja con seis familias de parroquias que abarcan 28 localidades en los condados de Whatcom, Skagit, San Juan Island y la parte norte del condado de Snohomish.

Pasó varios días ayudando a un equipo de clérigos, personal y voluntarios de toda una familia de parroquias —en persona y en línea— mientras trabajaban para idear “un plan de transporte sensato y conveniente” para los sacerdotes que recorren las iglesias en las islas Orcas y López. El sacerdote volará a través de una empresa de transporte aéreo local a las islas, proporcionando un horario de Misa de fin de semana más confiable y viable. Se compiló una lista de feligreses que son navegantes y pilotos para posibles emergencias. “Todos están satisfechos con el resultado”, declaró DePalma.

Con la ayuda de su personal de enlace, la familia de parroquias que atiende a Anacortes, Swinomish, Friday Harbor y las islas López y Orcas pudo crear un plan “sensato y conveniente” para llevar a su párroco, el padre Mel Strazicich, derecha, y al vicario parroquial, el padre Xavier Bazil, a las islas Orcas y López para las Misas de fin de semana.

Aunque puede haber algunos puntos en común en el trabajo del personal de enlace, no es igual para todos.

“El trabajo de cada enlace va a ser único para su región, para las parroquias que conforman la familia y las necesidades de cada una”, explicó Frances Farrell, enlace para la región sur, que incluye seis familias parroquiales con 24 localidades en los condados de Clark, Lewis, Cowlitz, Pacific, Skamania y Wahkiakum.

Dos de sus familias parroquiales no tienen tanto personal remunerado, relató Farrell, por lo que planea estar “muy presente para ellos, apoyando realmente a los voluntarios que asumen esos roles como personal, asegurándose de que tengan los recursos que necesitan”. También apoyará a los párrocos “que trabajan en esas situaciones realmente únicas”.

Farrell llega a su papel de enlace con 25 años de experiencia en el ministerio: 13 años a nivel diocesano y 12 años en el ministerio parroquial, incluyendo los últimos 10 años en la parroquia de San José en Vancouver.

Fue difícil renunciar al ministerio parroquial, confesó Farrell, pero cuanto más pensaba y oraba sobre el rol como personal de enlace, más lo veía como una forma de combinar sus experiencias en ministerios y ser parte de algo importante.

“Me sentí atraída a este servicio”, expresó, de llevar una presencia tangible del arzobispado a las familias de parroquias que están geográficamente distantes de Seattle. 

“Realmente creo en lo que estamos haciendo” con Compañeros en el Evangelio, agregó Farrell, señalando la falta de sacerdotes y los difíciles horarios que han tenido que manejar. Y durante sus años de ministerio parroquial, “he visto cómo muchas veces la misión y la evangelización... Probablemente no reciben la atención, el enfoque y la dedicación necesarias porque las personas están sobrecargadas”.

Farrell expresó que su visión es ayudar a las familias de parroquias a encontrar formas creativas de hacer las cosas que se ajusten a sus comunidades y a sus recursos humanos.

“El personal pastoral ya tiene mucho trabajo por hacer” y estas nuevas tareas “podrían ser realmente abrumadoras para ellos”, comentó Farrell. “Realmente quiero hacer que esto sea lo más fácil posible [para ellos]”. 

Todos ocupan un lugar en la misión de la Iglesia

Como el arzobispo Etienne recuerda a menudo a los católicos locales, todos los bautizados comparten la responsabilidad de la misión de la Iglesia. Por lo tanto, trabajar para revitalizar la vida parroquial significa aumentar el número de personas que participan activamente en las parroquias y sus procesos de toma de decisiones, declaró en su carta.

Los enlaces están comprometidos a ayudar a los feligreses en sus familias de parroquias a vivir más plenamente su llamado bautismal. 

“Creo que hay mucha gente que está emocionada ante la perspectiva de lo que esto podría ser”, manifestó DePalma. “Solo tenemos que salir de nuestra zona de confort y pensar diferente...en lo que podría ser la Iglesia”.

“A medida que más y más personas escuchan al arzobispo hablar sobre la corresponsabilidad”, agregó, los feligreses se están dando cuenta de que su papel es importante y tienen mucho que ofrecer.

Varias veces, destacó East, los feligreses no saben cómo entregar sus dones a la Iglesia. Espera que el proceso de Compañeros en el Evangelio “cree una forma de pensar diferente y haga que las personas se vean a sí mismas como miembros de la parroquia”.

También espera que el proceso de familias de parroquias resulte en un “sacerdocio feliz, alegre y sostenible”. Algunos sacerdotes “andan como locos de aquí para allá. Se les exige que hagan muchas cosas que otras personas podrían aprender a hacer”, explicó East.

El padre Heric manifestó que la estructura de familias de parroquias elevará el papel de los laicos, que deben tener “un sentido de responsabilidad primordial” en la vida de la Iglesia, con “sacerdotes compasivos y dedicados” para servirles.

Unir las cuatro parroquias del noreste de Seattle podría hacerlas “más fuertes y dinámicas”, comentó el padre Heric. Y aunque el número de Misas se ha reducido, “ojalá las celebremos con más entusiasmo, que la música sea más hermosa y la participación de la gente sea mayor, para que salga de la Misa con un sentido de ser embajadores de Cristo” para la comunidad, concluyó.

Northwest Catholic — Agosto/Septiembre 2024