Recuerdo una historia acerca de una estatua de Jesús que fue vandalizada una y otra vez: había personas que constantemente le cortaban sus manos.
Se volvió muy caro y difícil continuar reparando la estatua. A cambio, su dueño puso un cartel en frente del Jesús roto, que decía: “Sé mis manos”.
¿Cómo estás llamado tú a ser sus manos?
Espero que pienses en ello al leer esta edición de Northwest Catholic para los meses de junio y julio, que se enfoca en las vocaciones.
Sí, necesitamos hombres que consideren el sacerdocio y mujeres que ingresen al fructífero mundo de la vida religiosa. Pero el servicio a Cristo y a nuestra comunidad no se trata solo de sacerdotes y hermanas religiosas.
¿Necesita tu parroquia de tus dones y talentos en el ministerio de la música o en el consejo financiero? ¿Estás llamado a ser voluntario en el banco de alimentos o para dar la bienvenida a los inmigrantes? ¿Has considerado enseñar en una escuela católica o trabajar para la Iglesia?
Elévalo en oración y escucha su voz. Sé tú sus manos.
Noroeste Católico — Junio/Julio 2024